Nos encuentra este año 2018 en medio de una confusión importante; la incertidumbre se mezcla con la esperanza; estamos en general con la angustia de estar viendo una película parecida a otras ya vistas; y estamos en alerta, porque ya pasamos varias de estas, aunque ahora tengamos la expectativa de que el desenlace sea diferente.

Esta vez mucho más que otras, el aire contiene aromas de un perfume diferente y lo queremos identificar con algo más que una coyuntura, con algo más que un golpe de timón ocasional, algo que se da con poca frecuencia en las Naciones, un auténtico cambio de época histórico, otro paradigma que pueda significar el inicio de una nueva etapa que desplome el permanente retroceso de nuestro país. Señores, por primera vez los chorros empiezan a ir presos.
Las causas del atraso de nuestra nación aparecen ahora claramente identificadas: Salta a la luz que la Argentina tiene un estado apropiado por muchos políticos y sus ambiciones en nombre de la democracia, apropiación que hace detonar con demagogias y corrupciones de toda índole cualquier esbozo de políticas de estado que atiendan a las verdaderas necesidades de un desarrollo que siempre se ve así postergado.

Resulta así en una puja inacabable de bandos y/o de bandas partidarias o sindicales por el cargo, por el dinero y por el reparto. Si el chofer, el jardinero, el secretario, el amigo bancario, la hija o el allegado que sea de una persona con poder pasan a ser inmensamente ricos, no hay que romperse mucho la cabeza para saber que hubo afano, que se utilizó el cargo para robar de mil maneras, cualquiera se da cuenta, cualquiera de los que están acá exponiendo o trabajando sabemos cómo es de difícil hacer plata y progresar trabajando por derecha. Esta es la punta de un iceberg que ya se ve y que nos ilusionamos que se empiece a derretir. Ese iceberg lo componen políticos con cargos ejecutivos o legislativos y también jueces, y también privados. Muchos con participación activa en el robo y otros simples pasivos, cómplices por su silencio, conformes con su cargo o a la espera de su turno. 
Es así que el populismo y la corrupción han dado cuenta de lo que debió haberse invertido en infraestructura o en regímenes que promocionaran las actividades privadas económicamente más competitivas. El populismo también barrió con el valor de un dólar de equilibrio para todos, permitió el atraso en su paridad, para crear una falsa sensación de riqueza en los bolsillos, y hoy la sociedad toda está sufriendo la brutal realidad. El exceso de creación de empleo público ha sido y es también una manifestación del populismo y la demagogia, y en esencia es también un acto de corrupción, la irresponsabilidad es un acto de corrupción; este fenómeno ha abarcado todos los estamentos de gobierno, nacional, provinciales y municipales.

En Olavarría también sufrimos como todo el país el exceso de gasto y la falta de inversión, esa fatal ecuación se llevó consigo a través de los años por ejemplo, la electrificación rural, los caminos rurales, que son los caminos de la producción y de su gente; se llevó consigo también el arraigo y la educación del interior; se llevó consigo hasta al matadero municipal si se quiere entre otras cosas….. Se llevó consigo muchas otras mejoras concretas que podrían haberse hecho en nuestro sector o en otros no agropecuarios.
A nivel local se ha naturalizado que parte de la dirigencia política otorgue cargos o puestos ventajosos a familiares o a amigos, utilice sueldos pagados por el estado en beneficio propio, o se apropien de registros del automotor, vaya como ejemplo también… Estos nuevos tiempos requieren revalorizar la ética política más básica también aquí, en Olavarría. Se requiere que ya nadie calle, otorgando.
Es que se vociferan pedidos de emergencia: tarifaria, educacional, alimentaria, emergencia pyme….y la verdadera emergencia argentina, la emergencia que declararíamos los de a pie si pudiéramos, es la emergencia dirigencial, el desastre de la política responsable de hundir a un país riquísimo, sin guerras devastadoras, ni problemas sociales, étnicos ni religiosos, de hundirlo durante por lo menos los últimos 70 años a esta parte.
Tiene el interior del partido una desproporción tal de población con la ciudad, una desproporción tal de votos, que hace fácilmente olvidar a quienes tienen que tomar decisiones, que una producción a la altura de las necesidades del país se está manejando con caminos más o menos iguales que los de hace 100 años.
Insumos que no llegan, personal que queda atrapado, camiones que no se cargan, remates que se suspenden, y lo que es peor, familias que se separan, alumnos que no se educan, maestros que no llegan. Las tan necesarias inversiones en producciones intensivas solo son posibles sobre las rutas o muy cerca de ellas.
Para el corriente año, el HCD legisló un fondo que si bien ayudó e instauró un piso de inversión, no es suficiente. Deberíamos contar con parámetros de inversión en infraestructura que tengan relación con la facturación del sector y no con la especulación de los votos directos que se puedan llegar a obtener, hay que abandonar esa lógica electoralista y recuperar niveles de inversión que se aproximen a estándares internacionales.
No somos mejores que nadie, no se cree el sector agropecuario más que nadie, ni más importante que la industria o los servicios, pero no podemos sino reflexionar en que cada vez que nuestro país enfrenta una crisis, es empezado a mencionar por economistas, políticos y funcionarios. Se lo tiene en cuenta en esas ocasiones como el factor que más rápidamente puede ayudar a revertir el caos, y otras veces, como en el anterior gobierno, se acude a él como a ninguno para chuparle la sangre lo más posible. Por eso, seguimos reflexionando, es inconcebible el abandono en que se lo ha dejado.
Estamos posiblemente frente a una cosecha fina de un muy buen volumen, y si el clima sigue acompañando, volverá a valores históricos. Del mismo modo la cosecha gruesa a implantarse también será importante, dada la competitividad cambiaria recuperada y a una tendencia NIÑO del clima que ojalá se confirme en los hechos. En la ganadería, que año a año va recuperando stock, arrimándose ya al mayor de aquellos años 2003/04, frente a un presente austero, se abren inmensas posibilidades exportadoras, tal vez como nunca antes. Habrá en consecuencia un mayor dinamismo en la concurrencia de servicios y personal al campo. Por todo esto reclamamos que el porcentaje de tasa aplicado a caminos sea elevado por ordenanza a niveles más acordes con la producción agropecuaria de nuestro partido, y que podamos así avanzar, con renovada armonía, acompañando a nuestra Municipalidad en un cronograma de obras nuevas que está dispuesta a emprender de la mano del reciente Plan Hidraúlico.
En otro orden de cosas queremos agradecer desde aquí el acompañamiento y el interés puesto de manifiesto por la Municipalidad en el Programa Tucura de la Comisión de Lucha contra las Plagas del partido de Olavarría, verdadero ejemplo de interacción público privada que trasciende las distintas administraciones y tiene impacto directo en la producción.
Acompañando los nuevos aires que mencionábamos al principio, la justicia en temática rural, representada por la ayundatía local del departamento judicial de Azul ha elevado su compromiso con el sector incentivando permanente su acción con resultados concretos. Para que eso sucediera también, hemos contado con la excelente predisposición de las distintas reparticiones policiales; acá nuestro reconocimeiento.
Señores, en definitiva, el campo de Olavarría, llega hasta aquí, hoy, en este 2018, con un presente muy malo, después de un verano climáticamente fatídico, con poca plata, y sin crédito para evolucionar en una nueva campaña 18/19, como también le sucede a cualquiera pyme de cualquier actividad. Pero tiene esta vez razones para mantenerse optimista, la esperanza en que lo peor ya haya pasado y que la Argentina, reencontrándose en la VERDAD, haga de una vez por todas base firme para un crecimiento sostenido.
Estimados productores y vecinos, está llegando a su fin una nueva EXPO que nos ha dejado plenamente satisfechos. Es como siempre remarcamos, un ejemplo de trabajo y consenso de dos instituciones de Olavarría, Sociedad Rural y Cámara Empresaria, que representan dos sectores productivos diferentes pero que comparten valores orientados hacia el bien común idénticos. 
Mucha gente ha trabajado para esto, muchas gracias a ellos, gracias a los expositores que hacen el esfuerzo de estar, y gracias al público; esperamos hayan disfrutado, disfruten su cierre y que nos volvamos a ver el año que viene. Muchas gracias.